martes, 23 de octubre de 2012

En mi cama, #6



Mientras las despedidas se hacen realidad, uno comienza a "explorar" nuevos horizontes, nuevas personas aparecen en este camino que voy transitando pero por cuestiones de personalidad, de selectividad y cosas así me considero una persona difícil de complacer, siempre quiero más y poco suelo conformarme, soy bastante selectivo a la hora de entablar una relación con alguien y en definitiva no soy un libro cerrado pero no cualquiera puede leerme, porque aunque tenga ya un tiempo trabajando en mis barreras, sé que pongo muros entras las personas y yo.

Sólo a veces como muestra de que soy una persona más accesible, más humana -o lo que sea, quizás para sentir que salvo mi alma porque no soy tan mierda todo el tiempo-, dejo entrar a cualquiera a mi vida y con cualquiera me refiero a la primera persona que va pasando por el frente, y le permito acceder, que me conozca, a veces suele resultar otras veces no tanto y terminan proporcionándome sexo pero no más que eso.

Y cuando por fin pude sincerarme, dejar un poco el miedo a salir herido y preguntarme ¿Qué coño quería?, concluí muy rápidamente que sólo quiero alguien que me hable, que me diga cosas, que me cuente de su vida, que me conozca, que se preocupe, que no se quede callado, odio los silencios incómodos, esos son como todos los puntos menos, quiero conocer a alguien que tenga la habilidad de entretenerme, de ser él mismo o ella misma, pero que no le tenga miedo a conocerme, que yo no sea esa imagen de persona intímidante con muchas expectativas por llenar.

Pero antes de darme cuenta de eso, a esa persona "random" a la que le permito entrar lo que hace es envolverme no sé como, pero lo logra y honestamente la carne es débil, el cuerpo te pide y uno cede, a veces es más placentero que otras veces, hay olores que disfrutar y besos que te llevan al éxtasis, pero otras veces lo único que uno quiere hacer es morirse, no importa que tan bien sea dándote sexo oral, simplemente ahí postrado en tu propia cama, mirando el techo pensando ¿Qué coño estoy haciendo?, es una difícil situación ¿Cómo le dices? "Epa pana, sabes, oye... Hey, mira, detente pues... Quería decirte que, bueno vale, esto no está funcionando, o sea, eres muy bueno, eso que haces con la lengua, impresionante, te la comiste -literalmente-,  sin embargo no pues, no me siento bien haciéndolo contigo".... -porque no es que no lo quiera hacer, pero contigo no, contigo no-.

Pero la realidad es otra, la erección está ahí, sabemos que no es la persona más diestra hablando, ni la persona con el mejor discurso, pero no se le pude quitar que le da otros usos a su lengua, no es una persona que haya buscado conocerme realmente y yo simplemente tuve un momento de debilidad que no significa nada y no significa nada porque no sé quién coño es, ni sabe quién coño soy, no hay sentimientos, ni expectativas en un encuentro como este, lo que queda es venirse encima de una persona que espera muchísimo de ti y tu lo único que puedes darle, ya se lo echaste encima.

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