jueves, 25 de octubre de 2012

Las recaídas, #8


Me debato entre comenzar hacer los deberes de la universidad y escuchar música y no hacer nada... Es una difícil decisión, a veces quisiera ceder ante mis propios instintos y no hacer nada, ceder a esa voz que me dice: "Marico, deja todo así, no hagas nada, no vale la pena", y no es que no haya estado a punto de hacerle caso, pero es esa parte de mi que no quiere ser igual a esos que dejan todo así, que no lo hago.

Soy un divagador nato, nací pensando una cosa y diciendo otra, nací haciendo algo y al mismo tiempo pensando en lo que iba hacer después, nunca tuve un nivel de concentración alto, mucho menos ahora que debo estar a poco de padecer alzheimer, y entre todos los pensamientos diarios que me bombardean, aparece uno que otro referente a ti, porque eso es paja cuando me digo: "Nada me recuerda a él" -porque sé que sólo lo estoy diciendo para no darle el gusto de que aún no puedo sacármelo definitivamente- y es que hay tantas cosas que llevan tu nombre en mi vida, es esa parte de masoquismo que me gusta tener, sufrir un poco por tu ausencia para sentir que estoy vivo.

Pero la verdad nada tiene que ver con los pensamientos que llevan tu esencia en mi vida, tiene que ver con la poca fuerza de voluntad que tengo para no escribirte, es como si cada célula de mi cuerpo gritara un poco por ti y yo tuviera que ceder ante eso, lo peor es que mientras yo me debato entre escribirte y no hacerlo, cualquiera sea mi decisión tú no vas a responder... Siempre supe que lo nuestro era de momento, me refiero a que debíamos vernos, estar allí, uno al lado del otro, sentir tus olores recorrerme para dejar que alguna clase de sentimiento aflorara, pero si la distancia ganaba era como si nunca nos hubiésemos topado en la vida, todo fue muy en el momento, muy poco se lo dejamos a la planificación.

Estoy lleno de justificaciones; a las recaídas les digo "necesarias", porque no sé aceptar tenerte lejos de mi y no es de extrañarse que yo planifique tener alguna con tal de besarte un poco o tocarte o que metas tu mano en mi boxer mientras te muerdes los labios o morderte la oreja un rato, esas cosas normales que hacen los amigos que no están de novios, ni tienen pensado estar de novios... No es de extrañarse que después de un mes sin besarte a mi me esté provocando tener una recaída con sabor a recogida.

Porque las recogidas tienen ese sabor agridulce que uno muchas veces está buscando, no es solo tener sexo, para mi es hacerlo con pasión con una persona a la que amas/odias, que realmente no estás teniendo y no te pertenece, pero que se dio el momento y está dentro de ti, estás dentro de él y más allá no hay alguna explicación razonable de lo que se puede sentir, puede que se más un castigo que una bendición, qué importa, si de todas formas los días están contados, yo lo que quiero es saber aprovecharlos... Por eso te mando un sms: "Mi casa o la tuya, dame hora".

0 comentarios:

Publicar un comentario